jueves, 14 de junio de 2007

¿Y los rubíes, dónde?

Leyendo en el blog de O'Reilly Ruby, un post interesante hizo que me pusiera a pensar de nuevo es la vida laboral que me espera: no hay trabajos en Ruby.

Tal sentencia en principio me parece muy exagerada, pero no está muy alejada de la realidad: Ruby carece de popularidad. Y más aún, fuera del éxito de Rails, Ruby es muy poco usado para aplicaciones reales, incluidas las comerciales. Parece ser que hasta ahora, se ha confinado a ser sólo un lenguaje de Scripting, no superior a Perl para tal fin.

Sin embargo, hay algo que destaca de Ruby sobre los demás lenguajes: su rápido crecimiento.

Si hay algo que decir acerca de Ruby (y estoy seguro que los rubistas que lean esto no me podrán negar) es que es un lenguaje apasionante. Así es, en el sentido literal de la palabra, cada vez son más los casos de programadores que se enamoran de esta pequeña joya.

Por ahora no cazaré brujas e iniciaré la eterna discusión sobre si X lenguaje es mejor que Y, pero hablando de Ruby, es preferido por muchos debido a su sencillez, su flexibilidad, su dinamismo, y hasta porque es divertido, entre muchas otras razones. Rails lo ha sabido demostrar, y a pesar de ser éste un hijo del primero, tiene más popularidad que Ruby mismo. Esto también demuestra que el mercado es el que manda, y Rails es el mensajero de guerra para tal fin.

Lo cual me lleva a mi punto principal: Ruby está apenas en una etapa de desarrollo, en la que se mueve más por inercia propia que por necesidad. Ha madurado muy rápidamente, y en mi opinión, pronto empatará (si no es que reemplazará) a algunos de los lenguajes comerciales utilizados en la actualidad. Sin embargo, los nuevos paradigmas de trabajo han hecho posible que pasantes, freelancers o simplemente gente con muchas ganas de trabajar puedan dedicarse a este negocio de la manera que les gusta: the Ruby Way.

Ruby es un arte, y como tal, debe primero alcanzar su máximo esplendor por sí mismo, antes de formar parte de las arcas de los coleccionistas.

lunes, 11 de junio de 2007

5 maneras de escapar del trabajo

Me agrada mucho la frase de Confucio que dice: "Si amas lo que haces, no tendrás que trabajar nunca más en tu vida."

Y es cierto. Personalmente, es lo que me motiva a seguir con la escuela, a buscar un trabajo en el que me sienta realmente a gusto, y a explorar todo aquello que me apasiona. Y vivir de eso si se puede.

Siendo sinceros, aún me sigue aterrando la idea de tener que esclavizarme treinta años trabajando para una compañía, especialmente si tengo que hacer algo que no me guste, a pesar de que estoy ya pisando esa frontera entre la vida escolar y el mundo laboral. Hay mucho qué aprender de Dilbert.

Sin embargo, es precisamente esa mentalidad la que hay evitar. He aquí un post interesante que precisamente marca la diferencia entre una mentalidad de trabajador y una de emprendedor:

  1. Empieza por preguntarte: ¿qué tipo de trabajo quiero hacer?, en lugar de ¿qué tipo de negocio debo comenzar?


  2. Olvídate de la permanencia.

  3. Opera en un estado consciente y confidente de ignorancia.

  4. Aleja tus expectativas tradicionales de salario.

  5. Siempre considera despedirte a tí mismo.

Así que, ya saben, si quieren un trabajo mediocre, y ser medianamente felices el resto de su vida, sólo se requiere un paso muy sencillo: ignorar todo esto, y aceptar el primer trabajo ofrecido.