miércoles, 20 de junio de 2007

De cómo los grilletes se convirtieron en tela...

... o por lo menos, con mucho almidón.

Soy de esas personas que detestan usar traje. No me gusta tampoco la desfachatez, sino más bien una informalidad moderada.

Platicando en una ocasión con un amigo, me comentaba que en su carrera (Relaciones Internacionales) se ven temas como Protocolo e Imagen, que tratan sobre las reglas, usos y costumbres del llamado "buen vestir". La discusión surgió precisamente a raíz de una queja mía sobre la incomodidad e inutilidad de usar traje.

Verán. En mi punto de vista, el traje es algo arcaico, cuyos orígenes se pueden ubicar en las cortes inglesas. En ese momento y situación, el traje era un símbolo exclusivo de la nobleza, e incluso dentro de la misma servía para discriminar (segunda acepción) a unos de otros, según sus lugares de origen o sus posiciones.

El problema vino después de la Revolución Francesa. Una nueva clase social surgía, pero heredaba algunas de las costumbres de su antecesora. La vestimenta fue una de ellas. Aunque no de la misma manera, se conservó el espíritu de discriminación a partir de la vestimenta. No es que fuera algo nuevo, sino que a partir de ese momento se volvió más palpable.

De aquí, se derivan dos vertientes: el traje como símbolo de superioridad, y como símbolo de unidad. Veamos cada una de ellas.

La primera ya la he mencionado, y podemos verlo visiblemente, considero que no hace falta mencionarlo. El "jefe" debe proyectar una "imagen de profesionalismo", mientras que el sujeto de la playera polo con el logo de la empresa debe ser el repartidor, o el intendente. Qué ridículo.

La otra razón es la uniformidad. A pesar de que los trajes no son todos iguales, son uniformes en cuanto a sus elementos, y sirven para unificar ese estilo. Sin embargo, no veo el punto de la uniformidad si en diferentes círculos se usa el mismo traje. Olvidan completamente el origen unificador de este aspecto. Y además, ¿qué no la ropa casual puede cumplir el mismo objetivo?

Yendo un poco más allá de los usos del traje, he de decir que me parece una forma de esclavitud: esclavos de una clase social superflua, de un capitalismo atroz en donde lo único que importa es la imagen. En algún momento, los grilletes y collares se convirtieron en mangas y cuellos de algodón, las cadenas en corbatas, y el traje a rayas en camisa y pantalón. Eso sí, todo proveniente de los mejores sastres. Quizá sea un tanto radical, pero las similitudes me parecen muy grandes.

Sinceramente, no veo ninguna razón práctica para usarlo (al igual que otros). Tal parece que todo es inercia. Diría que un motivo es hacer que las personas se vean mejor, pero ese es mi mejor intento por decir algo a favor. Y vaya que hasta para mí mismo se me hace una razón ridícula.


El resto de la plática con mi amigo fue una somera discusión, en la que obviamente ninguno iba a ganar. El acabose llegó cuando mencionó que las "grandes" personalidades usan traje, como los diputados. Fuera del oxímoron enorme que esto representa, mi respuesta inmediata fue: ¿y el traje los hace ser más inteligentes? Juzguen ustedes...

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